Tres goles de "tranquilidad".. pero el domingo estaré riéndome como idiotita toda nerviosa.

Verdadero signficado

Hubiera. Tiempo del subjuntivo imperfecto, nacido del haber, es el verbo del arrepentimiento tácito, de la derrota anunciada, de la enseñanza despreciada.

-dijese una antigua concuña: conjugación del verbo Haber en tiempo pendejo.


Yo le voy más a la segunda definición.
Yo hubiera ahorrado cuando el dinero cayó como por regalo divino.
Yo hubiera dicho NO cuando tenía que hacerlo.
Yo hubiera dicho lo que pensaba.
Yo hubiera terminado el desmadre que si no era perfecto, me ofrecía una mejor situación de haberlo concluido.
Yo hubiera...


pero no lo hice.

la hora exacta es 11:11 ay nanita

Yo solía ser de esas personas que normalmente ven la hora sin pedo alguno, hasta que a mi querida cuñada se le ocurrió decirme que a veces le daba miedo ver el reloj porque cagadamente muchas veces le atinó a las 11:11 y sentía vibraciones en el chiquero, como si algo se le estuviera anunciando de una forma oculta, cifrada y aún más cagadamente... a ella, toing.

Supongo que se frikeó por aquello de las torres gemelas y que el día once y ñañaña, pero lo único que consiguió fue que ahora que veo el reloj y justo veo que son 11:11 no pueda evitar pensar que ojalá mi cuñada no esté viendo la hora porque seguramente se está haciendo pis del miedo. agh. La única lógica que le encuentro es que es tan peculiar ver cuatro palitos juntos que a fuerza se queda grabado en la mente, no como si pusieras cualquier otra hora.. números a lo tonto pues.

Otro güey que me traumó fue Julian Casablancas con su pinche 12:51 ... is the time my voice found the words i sought... y claro!! ahí tienen a su tonta manejable que a las 11:11 o 12:51 (qué pinche hora tan equis, tan insignificante) acordándose que su drogo favorito y su hermana política tienen serios problemas respecto a la medición del tiempo.

tv de calidad

Hoy ha sido un fabuloso sábado lleno de mucho conocimiento del cual sólo lograré retener como cuatro ideas principales.

Desde la comodidad de nuestro sillón, con mi puño de pelos falto de amor y nunca saciado de él, nos hemos chutado cuanto programa de animalitos y plantitas estén pasando.

Conocimos a un lémur re bonito y re tierno, vimos cómo los corales escupen sus huevecillos que otro coral ha de recibir harto gustoso, igualmente cómo vienen a enchinchar las mariposas monarcas, pendejeamos a los pingüinitos que les parece maravilloso tener a sus crías en invierno y nos anonadamos al ver cómo está de atascada no sé qué isla de puro cangrejito rojo.. me dieron ansias ññññ y al gato sueño..


También aprendimos a cocinar barbacoa de huachinango mmm!!, sopa de almeja con trigo y jitomate y por supuestísimo tarta de manzana.. jaaaa y nosotros comiendo sandwichitos de leche condensada.

Ahorita vemos la historia (virtual) de Diente Partido, un gatote diente de sable, acá pariente lejano de mi puñito de pelos, con un colmillito a la mitad, seguro ayer también se dió el atascón con su calaverita.

Que no se diga que mi tiempo se malgasta.

día de muertos

Chido por nosotros los mexicanos que tenemos formas tan ricas de celebrar la vida de los que ya se han ido.

Siempre he pensado que si me fuera a vivir al extranjero definitivamente no sería permanentemente, no soportaría vivir sin las quesadillas y ya con eso aseguro mi estancia aquí en el país y me encanta que a pesar que en ciertos lugares no nos quieran, hasta de eso hagamos gran mofa, a todo le encontramos el lado bueno y chistoso, lo mismo para lo que nos alegra como para lo que no.

Entre ayer y hoy los panteones revientan, andan campecheados, vivos y muertos, muchos por igual tratando de hacer conexión y el recuerdo de los seres queridos fallecidos viene a nuestra mente y alzamos ofrendas, les aromatizamos el camino con incienso y ahora sí les concedemos lo que muchas veces en vida no quisimos o no pudimos (?) darles.

Bueno, ya sé que hay mucha gente que hace la excepción.

La cosa es, en mi casa nunca se han acostumbrado las ofrendas o ir a ver a los abuelos, tíos, etc. al panteón. Nada de miedo tenía qué ver, sino la cuestión monetaria, porque misteriosamente (literalmente) los precios de la flor más pachichi se van hasta el cielo. "y para qué?" decía mi papá, "para que otros se las lleven?"... no los muertos precisamente.

Hace dos años le perdí algún tipo de temor a los panteones, o el miedo que desde niño uno siente se convirtió en un fuerte respeto, el misticismo que guardan estos lugares desapareció y si a veces llegué desesperada antes de que cerraran las puertas fue sólo para ir y saludar.. yep, desprenderme me ha sido muy difícil.

Mañana, sábado 3 de noviembre sí iré, pero sólo porque seguramente alguien agarró de mesita a mi papá y hay que limpiar los petalitos y colocarle a los lados las flores que sí le gustaban.

Por lo mientras voy a disfrutar las películas, los programas de Día de Muertos desde la comodidad de mi casa y comer todos los dulces que me robé ayer.