Friday, November 02, 2007

día de muertos

Chido por nosotros los mexicanos que tenemos formas tan ricas de celebrar la vida de los que ya se han ido.

Siempre he pensado que si me fuera a vivir al extranjero definitivamente no sería permanentemente, no soportaría vivir sin las quesadillas y ya con eso aseguro mi estancia aquí en el país y me encanta que a pesar que en ciertos lugares no nos quieran, hasta de eso hagamos gran mofa, a todo le encontramos el lado bueno y chistoso, lo mismo para lo que nos alegra como para lo que no.

Entre ayer y hoy los panteones revientan, andan campecheados, vivos y muertos, muchos por igual tratando de hacer conexión y el recuerdo de los seres queridos fallecidos viene a nuestra mente y alzamos ofrendas, les aromatizamos el camino con incienso y ahora sí les concedemos lo que muchas veces en vida no quisimos o no pudimos (?) darles.

Bueno, ya sé que hay mucha gente que hace la excepción.

La cosa es, en mi casa nunca se han acostumbrado las ofrendas o ir a ver a los abuelos, tíos, etc. al panteón. Nada de miedo tenía qué ver, sino la cuestión monetaria, porque misteriosamente (literalmente) los precios de la flor más pachichi se van hasta el cielo. "y para qué?" decía mi papá, "para que otros se las lleven?"... no los muertos precisamente.

Hace dos años le perdí algún tipo de temor a los panteones, o el miedo que desde niño uno siente se convirtió en un fuerte respeto, el misticismo que guardan estos lugares desapareció y si a veces llegué desesperada antes de que cerraran las puertas fue sólo para ir y saludar.. yep, desprenderme me ha sido muy difícil.

Mañana, sábado 3 de noviembre sí iré, pero sólo porque seguramente alguien agarró de mesita a mi papá y hay que limpiar los petalitos y colocarle a los lados las flores que sí le gustaban.

Por lo mientras voy a disfrutar las películas, los programas de Día de Muertos desde la comodidad de mi casa y comer todos los dulces que me robé ayer.

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